lunes, 28 de septiembre de 2009

EL SENTIMIENTO. Por Manuelbinoy.

Mientras estaba en el tren, camino de casa, después de trabajar.) Primero ha sido la pereza, después el sueño, la desidia, el abandono, el cansancio, la cabeza apoyada en la ventana, el sol dándome en la cara, lo ojos medio cerrados, la cabeza anestesiada, las manos cruzadas sobre la entrepierna, una señora de mediana edad (sentada enfrente de mí) que no dejaba de mirarme, un señor con gafas y el pelo blanco (sentado a mi lado) leyendo un libro con las tapas amarillas, un ligero desánimo subiéndome por las paredes del alma y haciéndose cada vez vez más grande e insoportable, he pensado: hoy no voy a correr, desisto, no pasará nada, el mundo no se moverá de sitio, claudico, descanso y paso, mañana será otro día, total llevo un buen bagaje de kilómetros, un colchón muy cómodo, no me hacen falta los de hoy, puedo pasar perfectamente sin ellos, aprovecharé para hacer otras cosas que tenía que haber hecho hace mucho tiempo, mi vida no depende de unos metros de menos, lo tengo decidido: hoy no corro, tampoco es tan importante, a través de los altavoces una voz femenina y metálica nos avisa de que hemos llegado a la estación de Vilanova i La Geltrú, bajo del tren habiéndome quitado ya de la cabeza la idea de ir a entrenar, contento y satisfecho por haber tomado una decisión tan difícil, llego ante la puerta de mi casa, saco la llave del bolsillo derecho del pantalón, la introduzco en la cerradura, giro a la derecha, abro y empujo, subo veinte escalones, abro y empujo otra puerta y nada más entrar lo primero que hago es cambiarme y salir a correr y volver una hora y treinta y tres minutos después, completamente sudado y feliz.

1 comentario:

Rafa González dijo...

Precioso. Cuando lo leí me encantó. Para guardar.