lunes, 19 de abril de 2010

2 DE ABRIL. COMIENZA LA AVENTURA

En realidad la aventura comenzó en el mismo momento que la organización confirmó mi plaza para esta edición de la MDS. Desde ese momento ha sido una de las pocas cosas que he tenido siempre en la cabeza, y entonces ya empecé a planificar entrenos y a curiosear el material necesario.
LLegó el día 2. En la cola de facturación del aeropuerto de Barajas las caras de todos los participantes tienen en común que todas sonríen. Allí estamos todos con nuestra maleta y la mochila de material a cuestas. Algunos van vestidos de corto con la misma indumentaria que utilizarán en carrera. Qué ganas! Es difícil disimular la ansiedad por llegar, por ver lo que nos espera. Mientras facturamos las maletas, entre saludos y más saludos, no dejan de escucharse preguntas y dudas sobre el programa, la carrera, la organización... yo estoy tranquilo, más de lo que pensaba, trato de escuchar los consejos de los veteranos y de conocer a quienes serán mis compañeros durante la carrera.

Por fin embarcamos, el tiempo ha pasado rápido mientras desayunábamos siendo conscientes de que esa sería la última comida decente de los próximos once días. En el avión ya huele a carrera. Todos subimos con todo el material de la carrera, ningún participante está dispuesto a que su equipaje se pierda y no pueda tomar parte de la salida el primer día de carrera. Algunos lo comprueban una y otra vez, otros prefieren invertir el tiempo del viaje en descansar lo máximo posible, yo prefiero estar bien despierto y sacarle el mayor rendimiento a cada minuto. Desde el avión las vistas son inmejorables, lo árido y abrupto del terreno convierte nuestras miradas en una mezcla de asombro y respeto.

En dos horas llegamos al aeropuerto de Errachidia. Calor. Los trámites de la aduana son lentos, nos llevan más de una hora, pero no tengo otra cosa que hacer. Paso el último el control de pasaportes, así que no tengo que esperar casi nada a que el autobús que nos llevará a las proximidades del primer campamento arranque. Nos ponemos en camino y la organización entrega la comida del día y el esperado roadbook. Lo primero que todos miramos es si es verdad que este año habrá etapa de 100 kilómetros, para alivio de muchos se han conformado "solo" con 82,2. Miro las distancias de las etapas, el roadbook no marca desniveles y las indicaciones del terreno a mi no me dicen nada porque no lo conozco así que guardo el roadbook y a comer.

De camino, en medio de todo aquel terreno yermo, en el cauce de lo que algún día fue un rio encajado entre acantilados, se extiende un oasis que pinta de verde el paisaje. La parada es obligatoria y las cámaras de fotos, de repente, se multiplican. El paisaje es sencillamente espectacular.

Atravesamos pueblos y aldeas. Todas igual de sencillas, igual de pobres. El vieje en autobús parece un viaje en el tiempo, tengo la sensación de estar en otra época. He retrasado el reloj dos horas y parece que hayan sido dos siglos. En medio de una carretera en medio de la nada el autobíus se para. A unos 200 metros hay un grupo de participantes que se suben como pueden a los camiones del ejército que nos llevarán hasta el campamento. Los camiones van y vienen pero somos tantos que es difícil subirse a uno. Decidimos que en el próximo que venga yo subiré primero por un lateral, y una vez arriba me encargaré de ir cogiendo las mochilas del resto para que podamos subir con facilidad.
Esto no ha empezado pero ya somos un equipo! Amontonados en el camión que parece que se desmonta, y saltando con los baches, llegamos al campamento. Es más grande de lo que pensaba, ya hay gente instalada en las haimas. La nuestra será la 56.

Nos acomodamos, comentamos una y otra vez el viaje y bromeamos. A estas alturas parece que los de la haima 56 nos conozcamos de toda la vida.

4 comentarios:

Esteban Álvarez Marcos dijo...

...me pongo nervioso sólo leerlo!
QUÉ SIGA YA! QUÉ SIGA YA! QUE EL PÚBLICO...

Jordi Beltran dijo...

YYYYYYYYYYYYYYY......

Ademas de buen corredor, eres buen escritor, dejas en suspense a la gente para el proximo capitulo.

Esteban Álvarez Marcos dijo...

Esto es peor que ver el final de un capítulo de Perdidos!

ALVARO RUIZ dijo...

Que bueno, crack, un abrazo amigo