CANSÁNDOME

Los días siguen pasando. Ya me gustaría a mi correr al ritmo que van ellos. Casi sin darme cuenta ha pasado otra semana, ya es viernes y los días que menos duran son los del fin de semana.

Al final, para como tenía la semana de ocupada, no he escapado nada mal. Eso sí, el martes no pude sacar tiempo ni para estirar un poco antes de irme a dormir. Me conformaré intentando autoconvencerme de que un buen descanso es un buen entreno.

El miércoles tocaba volver a la carga con un día completo: gimnasio y carrera. Setenta minutos para lo primero y horita y media de lo segundo, ritmo suave y disfrutando sin aburrirme demasiado.

Hacía tiempo que no salía a correr. Cuando digo a correr me refiero a eso, a correr. Por eso el jueves, ayer, decidí hacer los 20 kilómetros camino a Mongat por la costa, llanos pero con alguna barrera que hay que saltar cuando cierran el parque, y alguna zona en obras. Los primeros 10' me sirvieron para calentar. Las sensaciones eran buenas y me encontraba más fuerte de piernas de lo que pensaba. El primer diezmil, con calentamiento y parada técnica para beber al final me salieron en 48'. En ese punto estaba excelente de piernas pero no me enconctraba a gusto del todo de caja a pesar de llevar la respiración muy controlada. Tenía la sensación de que no llenaba bien los pulmones. El segundo diezmil, el de vuelta, me salió en 39', y aunque acabé bien de piernas me sentía agarrotado. En este diezmil sí que fui cómodo, respirando con normalidad y notando cómo llenaba los pulmones a tope con cada inspiración. Para acabar sumé otros 10 de descalentamiento con algunos estiramientos.

Resumiendo, 1:37' y pico para 21 kilómetros, dos saltos de vallas y un buen trago de agua. No es que sean los entrenos óptimos para correr la media de este domingo, pero como voy a ir cansado igual del gimnasio de esta semana, pues prefiero in cansado del todo.