jueves, 13 de septiembre de 2007

CARRERA POPULAR DE VILADECANS

El martes 11 de Septiembre se disputó XXIX cursa popular de Viladecans. A las diez menos siete minutos de la mañana estaba entrando en el pabellón municipal junto con Antonio y Esteban para recoger el dorsal de la carrera... que era a las diez. En ese momento la carrera ya empezaba a presentar las primeras dificultades: no había ni un solo imperdible. Antonio decidió emular a Macgyver tratando de colocarse el dorsal con una grapa (supongo que no lo consiguió porque no teníamos chicles), y después de ver que aquello era misión imposible decidimos mendigar imperdibles a los corredores que llevaran el número con más de la cuenta. La tarea no resultó tan fácil como creíamos pero al final lo conseguimos.
Una vez superado el escollo inicial se presentó uno que no me abandonaría hasta que llegamos al coche para volver a Barcelona, y es que me había hidratado bien y por eso tenía la vejiga a punto de explotar. lo malo es que eran las diez y la carrera estaba a punto de empezar; era fiesta en Cataluña y los bares estaban cerrados y los Catalanes no mean en las calles adyacentes a la línea de salida! todo un ejemplo de civismo... si es que van por delante y buena gana. Traté de pensar lo menos posible en el tema porque sabía que en carrera lo notaría menos.
Eran ya las diez pasadas y los corredores toman posiciones detrás de la línea de salida. Aquí comienza la tercera de las dificultades: la salida se retrasa más de veinte minutos sobre el horario previsto, lo mejor de todo es que no hemos calentado y como sabemos que no ha venido la tele no hay nervios.
De repente y sin previo aviso, al menos desde donde estábamos los tres atletas de las planicies zarceñas, comienza la carrera. Tardamos alrededor de treinta segundos en cruzar la línea de salida así que nuestro tiempo neto será de aproximadamente medio minuto del tiempo estimado por la organización, esto me preocupa poco, vengo a probar y de todas formas mi pulsómetro empieza a funcionar sobre la línea de salida. Os aseguro que a mi hermano le preocupa aún menos.
Una vez en carrera cuesta un poco correr porque no hay mucho hueco así que los dos primeros minutos vamos andando, se nota que muchos de los corredores vienen con la única pretensión de ser finishers. Pasados este tiempo y recorridos unos 400 metros me despido de Esteban y de Antonio y empiezo a correr a 4 el mil. Nada más empezar subimos un repecho que a pesar de no ser muy duro se nota y después del primer kilómetro el perfil cambia a una bajada muy larga en la que se puede ir muy rápido, pero es muy pronto y sin conocer el recorrido es mejor no cambiar y seguir este ritmo. Justo antes de empezar la bajada el primer avituallamiento, veo el agua y me acuerdo de que voy lleno, me molesta y barajo la posibilidad de parar y aliviarme pero llevo muy buienas sensaciones y decido seguir, incluso cojo un botellín y después de derramar la mitar le doy un par de tragos.
Al llegar al kilómetro dos pasamos de asfalto a tierra y enfilamos una subida que da miedo. A pesar de que parece corta al final tendrá alrededor de un kilómetro, además, el suelo está lleno de piedras y de socavones provocados pòr la lluvia, hay que correr mirando al suelo. Decido no aminorar y subir sin bajar el ritmo pero a mitad de subida y viendo que no se acaba tengo que aminorar. Hay repechos donde el camino se empina bastante y se hace duro de verdad, miró el pulsómetro y llevo demasiadas pulsaciones así que me lo tomo con más calma y me acuerdo de que la carrera acaba de comenzar. Empiezo a recoger los primeros cadáveres, a muchos corredores les puede la subida y empiezan a caminar, no llevamos ni tres kilómetros pero la pendiente es dura, ahora me explico porqué no corre nadie de la organización...
El tercer kilómetro empieza con una bajada bastante peligrosa, muchísima pendiente, muchas piedrecitas y pedruscos sueltos y unos socavones que parece que están deseando que metas dentro el pie para romperte el tobillo por tres sitios diferentes. Con mucha precaución y a buen ritmo (no se puede ir despacio) afronto la bajada.
El siguiente par de kilómetros son los más rápidos, un llano con algún repechito donde hay un avituallamiento en el que vuelvo a beber a pesar de como voy, y después una bajada suave pero muy larga en la que acelero un poco pero con cabeza ya que la ascensión de antes me ha dejado un poco tocado. Hago bien en reservar porque el kilómetro cinco comienza con otra subida de infarto. No hay duda: los organizadores no corren. Entre los corredores se empiezan a escuchar algunas quejas por el perfil. Yo voy a lo mio reservando y tratando de pensar lo menos posible en líquidos. Empiezo a tener ganas de acabar y me agobio un poco porque en ningun sitio están indicado los kilómetros.
Los siguientes dos kilómetros alternan llano con bajadas, me pongo a correr a 4 el mil de nuevo a pesar de que se puede ir más rápido pero visto cómo se las gasta la organización decido ser precavido. Llego a una rotonda y nos informan de que nos quedan 1500 metros para meta y que son totalmente llanos. Acelero un poco me pongo a menos de 4 el mil y llego a la meta el 45. Esto se ha acabado. Como algo de fruta bebo zumo y agua y a espera a Esteban y a Antonio. A Esteban lo veo esperando para recoger la bolsa del corredor, está bastante entero pero contrariado por el perfil, como todos los que corrimos. A mi hermano lo veo esperando para entrar en meta, hay una cola de corredores esperando a que les apunten el número del dorsal. Misión cumplida. Después de beber y de comentar el perfil llegamos a la conclusión de que a la organización se le olvidó poner en el cartel de la prueba que era de montaña.
LLegamos al coche, una gran pared con flores a mi izquierda, es el mejor momento de la mañana.

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